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domingo, 23 de noviembre de 2008

Llegó el invierno


Llegó el invierno. Estaba cantado. Las hojas del calendario caen de forma inexorable. Lo veníamos viendo, lo veníamos oyendo. Bien es cierto que este año en mi tierra se había retrasado. El calor se mantenía en cotas poco habituales por estos lares, este otoño era diferente.

Por otras tierras ya había ido llegando el frío, era cuestión de tiempo que apareciera por aquí. Existen microclimas, pero no es nuestro caso: cuando en España hace calor, aquí hace calor –mucho-, cuando en España hace frío, aquí hace frío –también bastante...-. Al parecer la ola de frío viene de lejos, se ha gestado en las lejanas latitudes de Norteamérica, pero el anticiclón llega con fuerza y la bajada de temperatura puede ser todavía más marcada que allende el océano.

Dicen que cuando alguien está resfriado o coge la gripe, muchos la han cogido ya y otros irán cayendo –endemia, creo que podría denominarse-, hay dos soluciones: ir o no ir al médico, en el primero de los casos dura tan solo siete días, si no una semana… Aunque, peor lo tienen los más desfavorecidos o aquéllos cuya salud en precario no soportaría un mínimo contratiempo.

Es tiempo también de boticarios de pacotilla, iluminados y curanderos varios. Tiempos de las recetas de la abuela. De cerrar las puertas, con abrigos y bufandas, cuando el mal ya está dentro.

No es que no podamos hacer nada… Toca abrigarse, manejar con prudencia los cambios de temperatura, estar en forma, evitar los excesos, no juntarse en exceso a quien veamos con una tos pertinaz o tirar de calefacción de forma equilibrada. También es cierto que no por esto acortaremos la época de frío, ésta seguirá su marcha, primero el otoño profundo y, casi sin transición –aquí somos así, pasamos del calor al frío en un plis plas-, el invierno.

Además, este año la época invernal se promete dura, larga, desapacible… Toca abrigarse lo mejor posible y esperar, esperar que los días vayan pasando, pues aun cuando parezca que nunca ocurrirá, aunque no haya un solo ser humano capaz de conjurar la primavera para que adelante su venida, ésta siempre llega, fiel a su cita, florida y cargada de promesas. Hasta ahora se ha podido retrasar, pero nunca jamás faltó.

Y aprovechando que el próximo mes entraremos de lleno en el invierno, tal vez en próximos posts hable de climatología. Hoy no podía ser, inexorablemente tocaba economía.

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